CENTRO INTEGRAL DE YOGA TRIANA
CENTRO INTEGRAL DE YOGA TRIANA

¿POR QUÉ SE QUIERE HACER YOGA?

Muchas y variadas son las razones por las que una persona decide comenzar a practicar Yoga. Las hay de origen terapeútico físico (se sufren dolores de espalda o de articulaciones, de malas digestiones, de problemas en la piel, de enfermedades diversas a las que los médicos no encuentran soluciones o alivio para sus síntomas, etc...). Otras razones se encuentran en sufrimientos de carácter psicológico y hablaríamos entonces de una terapia psiquica por tanto (ansiedad, depresión, miedos o fobias, etc...). Otras razones son de tipo meramente estético (se quiere estar en forma, adelgazar o engordar según qué casos, mejorar la definición del físico). otras razones son de tipo social (se lleva hacer algo y ahora están de moda estas cosas). Otras veces las razones son de carácter espiritual (uno se quiere encontrar a sí mismo, uno quiere conocer sobre alguna realidad superior, uno quiere saber qué es la vida y para qué estamos aquí, etc...)... En fin: que hay razones para todos los gustos. El motivo de este artículo es por lo tanto comunicar a todo aquel o aquella que lea la importancia de saber el motivo por el que uno practica Yoga, porque ese conocimiento puede hacer que la práctica sea mucho más enriquecedora de lo que se pueda esperar a corto y medio plazo. Es primordial que la persona se pregunte a sí misma sobre qué espera alcanzar con esto que hace o quiere hacer. Es primordial que realmente se sincere consigo misma y se diga si solo pretende curarse lo inmediato, ponerse algun "parchecito", curarse de lo que pueda ocurrirle en un futuro, es decir, prevenir... si su motivación es terapeútica o su inquietud trasciende la terapia o cree que pueda trascenderla. Y ¿por qué es tan importante esta cuestión? Pues muy sencillo: porque dependiendo de ella se le podrá decir que ha hecho bien iniciando la práctica del Yoga o se le podrá decir, por el contrario, que mejor le hubiera venido hacer aerobic, gimnasia de mantenimiento o cualquier otra actividad reparadora que no lleve consigo un compromiso serio con la práctica, con la disciplina. En Yoga es primordial la disciplina, bien entendida esta. La palabra "disciplina" en Yoga quiere decir ni más ni menos que "hacer lo que hay que hacer para el mejor bien de uno mismo porque uno así lo considera y lo comprueba día a día". No es por lo tanto una obediencia ciega a lo que nos puedan decir segundas o terceras personas, sino una obediencia que uno aplica a sí mismo en función de lo que considera que le va a reportar bienestar y claridad en vez de malestar y dispersión. Esto implica decidir, hacer, mantener las decisiones y seguir haciendo aunque de repente uno no vea los frutos de sus acciones. Implica perseverancia y sistematicidad, es decir, lo contrario a actuar caprichosamente. Implica también una actitud de celo hacia lo que se aprehende y se hace, que quiere decir que lo que se aprehende y se hace se preserva de malas influencias y malos comentarios. En definitiva, tener claro por qué uno hace Yoga o quiere hacerlo, es dar un gran paso desde el principio. Porque así uno sabe cuál será el esfuerzo que tendrá que dedicar a lo que quiere hacer y no se sorprenderá si por falta de ese esfuerzo necesario, con el pasar de los días, los meses o los años, uno no se siente o ve como esperaba. El Yoga es una ciencia, es un arte, puede ser terapia y puede ser vía de prevención... puede atender a nuestros problemas físicos, psicológicos, emocionales, espirituales. Pero puede todo esto si uno se aplica y se compromete con él. Si uno se acerca al Yoga sin respeto, sin compromiso, sin verdaderas ganas de trascender sus limitaciones de siempre (con pereza)... si uno se acerca así, difícilmente obtendrá lo que pretende. Dijo Osho que la verdadera religión es aquella que uno hace mientras se busca a sí mismo y se mejora y se libera a sí mismo. El Yoga no es una religión aunque puede convertirse en ello para algunas personas. El Yoga nos propone los medios para minimizar nuestras dolencias de cualquier etilogía o para erradicarlas del todo. Y si tenemos bien clara la conciencia del motivo por el cual estamos practicándolo o queremos practicarlo, vamos a avanzar mucho mejor en la conquista de esto que se nos ofrece porque no dispersaremos las energías en cuestiones que interfieran con ese logro. El Yoga nos proporciona una transformación más o menos profunda de nuestro cuerpo físico, psicológico y emocional profundo, dependiendo de cual sea la dedicación y el respeto que le profesemos. A veces esta transformación nos pasa desapercibida a nosotros mismos y son otras personas las que se percatan de ella... pero en cualquier caso, como ciencia que es el Yoga, si uno hace, la transformación se va a producir. Repito: si uno hace.

 
ERRORES MÁS COMUNES EN LA PRÁCTICA DEL YOGA
 
- Confundir la práctica del Yoga con la práctica de disciplinas gimnásticas o deportivas. Este error lleva al practicante a olvidar la esencia del Yoga que es de naturaleza espiritual.
- Creer que la competitividad con el otro o con uno mismo es la base para avanzar en la práctica del Yoga. No es necesaria ni útil la competitividad. Sin embargo sí es imprescindible el contínuo recuerdo de la utilidad del sano afán de superación personal.
- Creer que todo vale. Esta idea se extiende cada vez más en nuestro entorno social en muy diversos aspectos. El éxito en la práctica del Yoga exige compromiso con el buen hacer desde lo que la Tradición propone y este buen hacer está basado en la precisión de la práctica y de la enseñanza yógicas.
- Dedicación escasa a la práctica personal. La práctica del Yoga es diaria y si bien es cierto que se suelen tomar una, dos o tres clases semanales, es muy recomendable que el practicante dedique en su casa algun tiempo a los ejercicios que se han propuesto en clase en la medida de sus posibilidades. Estas posibilidades aumentan a medida que se da prioridad a unos asuntos respectos a otros. Dicho de otro modo: el que quiere, puede, y el que no quiere siempre encontrará buenas excusas para no hacer.
- Creer que es mejor hacer mucho aunque ese mucho se haga mal. Siempre será más útil hacer menos ejercicios y hacerlos correctamente y con la actitud apropiada que hacer muchos ejercicios sin la adecuada precisión y desde la prisa o la superficialidad.
- Caer en el derrotismo. Que los resultados no se observen en poco tiempo no significa que no se estén produciendo. Las dificultades deben ser acicates para practicar más y mejor, no motivo para abandonar. Si usted observa que no avanza como desearía, plantéese qué está haciendo mal tanto a nivel de técnica como a nivel de actitud. Plantéese igualmente qué puede estar olvidadando incorporar o eliminar en su vida cotidiana.




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